El valor del trabajo duro | CEO en camiseta

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Después del éxito de "Escasez de Fernet", hoy un nuevo cuento corto: ¿Cuándo aprenderás a trabajar duro? Claro que mi opinión es, espero, inesperada...

Después de un mes de trabajo nómade, este email se envía, estimo, mientras vuelo por encima de las Guyanas... A veces pienso si en el futuro no estaremos todos mezclando diversión y trabajo como algo normal...

La segunda cohorte de "Acelera tu carrera" tiene fecha: comienza en marzo (Sí, me descubriste: siempre quise escribir "cohorte"). Esta edición será muy intensa y tendrá la ayuda de Daniela De Lucía.

S05E40 ¿Cuándo aprenderás a trabajar duro?

-Ojalá algún día aprendas el valor de trabajar duro -le dijo Anna en un español brusco, con las erres más marcadas que lo habitual, cuando le fue a ofrecer el almuerzo y lo encontró jugando al Civilization.

Abuela, usted no entiende. Nahuel, de 23 años, sabía que no debía discutir, que no tenía sentido y no le respondió nada. Por eso, a menudo, se repetía mentalmente esa frase.

Ya conocía perfectamente el monólogo de su abuela: “Sobreviví al sitio de Leningrado y vine al país muy pequeña. Vi como todos en mi familia se esforzaron para salir adelante y eso fue lo que aprendí. Así, comencé a trabajar a los 14 años de lo que pude. No quería ir a la escuela, pero mis padres me obligaron”. Y lo remataría recordando el  “Ты должен выучить испанский”, que le repetían sus padres desde que llegaron, aunque ellos seguían hablando en ruso en casa.

Anna se esforzó y logró salir adelante, sin siquiera pensar qué quería decir “salir adelante”. Como si estuviera en un pozo detenido en el tiempo. Esfuerzo, esfuerzo y esfuerzo, pensando en las nuevas generaciones. Pensando en su hija Alexandra y, luego, en su nieto Nahuel.

Cuando cerró la puerta, Nahuel pudo seguir enfocado en lo suyo y decidió, finalmente, atacar a los Aztecas. Ya había ocupado casi toda la tierra, destruido a las demás civilizaciones y quería ganar.

Antes de mover un tanque sobre Tetzcoco, la ciudad más cercana, se le ocurrió una idea absurda: ¿quién manejaba ese tanque? ¿Cómo eran las personas de hace cien, doscientos, dos mil años? ¿Se esforzaban? ¿Eran obedientes? ¿Cómo habría sido vivir en cada época?

Siguió hacia atrás y llegó al hombre prehistórico. Buscaba el alimento, lo comía, dormía, se reproducía. Cuando empezó a tener tiempo, hacía pinturas en una cueva para reforzar las historias que contaba o, tal vez, para que sus hijos las conocieran si a él le pasaba algo. Era, claramente, una vida de esfuerzo: el que no se esforzaba, desaparecía. Y el esfuerzo era, sobre todo, físico. 

Todo empezó a cambiar con la tecnología. ¿Quién aprendió a prender fuego? ¿El más valiente y fuerte, que iba a cazar, o el -o la- que tenía tiempo de pensar y experimentar? Gracias a quien lo logró, la especie pudo ampliar el manú y defenderse mejor. Algo parecido pasó con quien hizo la primera aguja para coser: no fue el que más se esforzaba físicamente, pero permitió que los humanos (o sus antecesores) pudieran desplazarse hacia zonas más frías. Eran los hackers, los que dedicaban su tiempo a una estupidez hasta que se convertían en disruptores, jefes, líderes.

“Sin embargo”, pensaba Nahuel, “hoy veo a mis amigos esforzándose de una manera parecida a esos hombres prehistóricos: repitiendo una y otra vez lo que hacen, obedeciendo ya no un mandato interno de supervivencia sino a una orden externa de sus jefes, abuelas o de quien sea. Y yo, programando rápido mis tareas para poder jugar a la tarde, con una mezcla de placer y culpa”.

Tanto pensar en otras cosas, perdió la batalla contra los Aztecas. Una vez más, estaba jugando en automático. Y, antes de enfocar todas sus neuronas de nuevo, como venía haciendo en los últimos tres años, en protocolos DAO, DeFi, blockchain, NFTs y esas cosas, decidió hacerse cargo del sandwich de arenque en vinagre y rábano picante que Anna le había dejado.

Este artículo, precuela de “S03E04 Cuando los jefes sean millennials”, fue inspirado en la frase “Ojalá algún día aprendas el valor de trabajar duro” que me dio Daniela De Lucía, con ironía, una de las cientos de veces que le dije “No sé de qué tema escribir”.

1. Un audio...

Algo que creemos que es "lo correcto" tal vez hace daño, y tal vez no por lo que la mayoría de la gente cree...

2. Un video...

En el camino emprendedor existen muchos tropiezos. Te contamos las grandes experiencias de un emprendedor de trayectoria, como para ahorrarte algunos dolores de cabeza. - LA NACION

3. Una herramienta

Bastante tonto esto, pero interesante para pensar en el largo plazo para atrás y, por ende, para adelante.

¿Qué hubiera pasado si, en vez de comprar "eso" cuando se lanzó, comprabas bitcoin?

¡Que te hagas una excelente semana!