Cómo prepararse para el futuro del trabajo (sin volverse loco en el intento)

El futuro del trabajo ya llegó (y te está mirando raro)

¿Sabés qué es lo más gracioso de las charlas sobre el "futuro del trabajo"? Que la mayoría habla de 2030 como si fuera una galaxia lejana. Pero la verdad es que el futuro no va a llegar en una nave espacial. Ya está acá. Está en tu celular, en el software que usás, en la forma en que comprás y hasta en tu cepillo de dientes.

El problema no es que no sepamos qué va a pasar. El problema es la parálisis por análisis. Todos hablan, todos predicen, todos citan al World Economic Forum, pero pocos actúan. Nos quedamos esperando el manual de instrucciones perfecto mientras el mundo avanza.

En este artículo no te voy a dar un mapa exacto del futuro (porque no existe), pero sí te voy a dar una brújula. Una brújula que construí durante 18 años como CEO de Staples, viendo cómo la tecnología (el fax, los diskettes, internet) transformaba una industria entera. Y te voy a mostrar cómo usarla para que no te quedes atrás.

El mapa del futuro: mi modelo F.U.E.R.A.

Hace más de una década, cuando todos creían que la papelería solo se vendía en locales físicos, nosotros en Officenet ya vendíamos por internet. Para entender hacia dónde íbamos, creamos un mapa de tendencias. Con el tiempo, lo simplifiqué en un modelo que llamo F.U.E.R.A., y que explico en detalle en mi libro Soy Solo.

Este modelo no es una bola de cristal, es una forma de mirar la evolución del pasado para proyectar el futuro. Y se basa en 5 tendencias que hoy son más evidentes que nunca:

1.Felicidad: Cada vez más, buscamos trabajos que nos den un propósito, no solo un sueldo. Como digo en el libro, "no hipoteques tu presente por tu futuro". Si un trabajo no te hace feliz, te vas. No es inconstancia, es conciencia.

2.Ubicuidad: La tecnología está en todos lados. Es inevitable. Resistirse es como si los caballos se hubieran opuesto al automóvil.

3.Exponencialidad: Los cambios no son lineales, son exponenciales. La IA de hoy es el doble de potente que la de hace 18 meses. Y así seguirá.

4.Responsabilidad: Las empresas ya no pueden esconderse. Exigimos transparencia, honestidad y que se hagan cargo de su impacto.

5.Automatización: Las tareas repetitivas se están automatizando. Y eso es bueno. Nos libera para hacer lo que solo los humanos podemos hacer.

Si querés profundizar en este modelo, podés leer el capítulo F.U.E.R.A. en Soy Solo:

La mochila de habilidades: ¿qué tenés que llevar?

Si el futuro es un territorio desconocido, ¿qué metemos en la mochila? En una entrevista que le hice para mi libro Sé tu propio CEO al profesor Fernando Zerboni, él me dio la metáfora perfecta:

"Yo tengo que tener habilidades en la mochila por si llueve o por si truena o por si hay sol. Estamos en un mundo más de exploración. Entonces, lo que vale es lo que yo tengo en mi mochila o mi capacidad de cargar esa mochila o de aprender más que tener un conocimiento que yo me juego a ver cuál va a ser el conocimiento básico para el año que viene."

La clave no es tener la herramienta perfecta para un solo escenario, sino una navaja suiza de habilidades que te sirvan para cualquier cosa. Zerboni lo resume así:

"Hay que tenerse fe y hay que confiar más en uno. Y hay que prepararse todo el tiempo. Hay que estar más entrenado. Esto no va a ser una carrera donde vas a saber todo lo que te va a pasar. Entonces tenés que tener una mejor mochila y tener que estar preparado porque la vida te va a ir cambiando."

Si querés aprender a llenar tu mochila con las herramientas adecuadas, te invito a descargar el primer capítulo de mi libro Sé tu propio CEO:

Por qué las predicciones del WEF fallan (y en qué aciertan)

El World Economic Forum (WEF) dice que el 39% de las habilidades clave cambiarán para 2030. Y listan cosas como "pensamiento analítico", "creatividad" y "resiliencia".

Acá es donde, en mi opinión, no le aciertan del todo. No es que esas habilidades sean nuevas. Es que finalmente estamos empezando a valorarlas. Durante décadas, el sistema educativo y corporativo nos entrenó para ser eficientes, no para ser humanos. Nos enseñaron a seguir reglas, no a romperlas.

Las máquinas son excelentes para seguir reglas. Pero como digo en mi columna de Forbes Argentina:

"Las tareas repetitivas no solo te aburren, te enferman."

Un estudio de 2024 publicado en Neurology lo confirma: los trabajos repetitivos aumentan el riesgo de demencia en un 37%. La IA viene a salvarnos de eso, a quitarnos el trabajo aburrido para que podamos dedicarnos a lo que de verdad importa.

3 cosas que podés hacer hoy para prepararte

Basta de teoría. Acá tenés 3 acciones concretas para empezar a construir tu futuro hoy:

1. Hacé un inventario de tu mochila: ¿Qué habilidades tenés más allá de tu título? ¿Qué aprendiste en la pandemia? Como dice Zerboni, "en la pandemia salieron a la luz un montón de habilidades que tenía la gente que no habías medido". Anotalas. Te vas a sorprender. ¿Cómo pensar tu futuro laboral?

2. Aplicá el modelo EAT a tu semana: Mi algoritmo Eliminar, Automatizar, Tercerizar no es solo para empresas. ¿Qué reuniones podés eliminar? ¿Qué tareas podés automatizar con una simple regla de email? ¿Qué podés tercerizar por menos de lo que vale tu hora?

3. Leé algo que no tenga nada que ver con tu trabajo: El futuro no está en los papers de tu industria, está en la ciencia ficción, en la historia, en la biología. Abrí la cabeza. La inspiración para la próxima disrupción rara vez viene del mismo lugar. De hecho, tengo una herramienta que llamo "Memorias del Futuro" que te ayuda a conectar ideas de lugares inesperados.

El futuro no se predice, se construye

Como cito en mi libro Soy Solo (a Alan Kay), "la mejor forma de predecir el futuro es creándolo". Pero no se trata de crearlo para todos, se trata de crearlo para vos.

El futuro del trabajo no es una amenaza, es una oportunidad. Una oportunidad para dejar de ser un engranaje en una máquina y empezar a ser el diseñador de tu propia carrera. Una oportunidad para que, como dice mi artículo en Forbes, encuentres en tu trabajo un propósito que te haga más feliz, incluso después de jubilarte.

La pregunta no es qué va a pasar. La pregunta es: ¿qué vas a hacer vos?